El fútbol es un deporte que se juega colectivamente, se contempla en masa, se comparte en familia y se comenta con amigos. Todo es en sociedad, el juego consiste en coordinar el trabajo en equipo y las individualidades, no sirven salvo en unas pocas ocasiones.
Ahora bien, a nivel administrativo no es menos importante saber coordinarse y remar para el mismo lado y al mismo ritmo. Así también debe pensarse en el manejo financiero de un club, que es un club social y deportivo, y más aún si es el club más popular de Chile, ¿o no? ¿Con este convencimiento de que es un club SOCIAL y DEPORTIVO, es que han sido capaces de poner a una “sociedad” anónima a cargo de la institución?
Creo que no hay nada menos social que una sociedad anónima, dentro de la cual cada uno vela por sus intereses, sus acciones, sus números. Y el rol social que cumple el fútbol, ¿dónde queda? ¿Hay un deporte más social que el fútbol? El fútbol une a la gente, a pesar de los colores, así ha sido y siempre será. Cómo puede entonces, pensarse en lucrar con él.
Hoy en día hemos aceptado que se haga negocio de todo, porque así está el mundo, nadie puede abstraerse de esta plaga que es el consumismo. Pero bien podemos comprar los gorros y banderas a la salida del estadio, y de pasada ayudar a la señora a hacerse su sueldo mínimo. Esto porque no afecta a la actividad en si misma. El partido se jugará igual, con más o menos banderas. A la semana siguiente habrá gorros de lana y bufandas para los regalones, y ya en verano las viseras serán la moda. Y nada de esto afectará al equipo. No así, las camisetas, que se renuevan cada año y detrás de las cuales hay todo un plan de marketing de las grandes marcas, las que a su vez pertenecen a consorcios de los mismos señores de esta “sociedad”. Estas cosas si que pueden derribar los ideales de cualquier institución.
El souvenir y merchandising que se vende como pan caliente, el arriendo de parte del estadio y el mayor negocio de todos, el CDF. Y si a todo esto le sumas la venta de jugadores, que no alcanzan ni a mojarla y los largan, vemos que el fútbol es un atractivo mercado. Pero ¿qué nos importa a nosotros esto?, ¿qué tiene que ver con Arellano y los ideales del primer equipo? David fundó un club para disfrutar del deporte y hacer vida de verdadera familia. Pero todas estas personas que quieren sacar algún rédito de Colo Colo, han desvirtuado el objetivo inicial, lo han torcido ciento ochenta grados a la derecha.
A pesar que esto no es nuevo (a lo largo de la historia del club han llegado varios a sacar provecho. Leí una vez que había cigarrillos en los años 40, que venían con la cara de David Arellano, al reverso. La política también, como en el gobierno de Ibáñez del Campo, y sin ir más lejos, recuerdo a Piñera poniéndose la camiseta, que burdo!!).
La diferencia es que hoy en día a estas personas oportunistas no les da ningún asco institucionalizar el arribismo, ponerle nombre y elegir una directiva, que trabaje día a día para chupar sangre de donde se pueda.
Algunos no le ven sentido al fútbol, más allá de ver a la Roja “de todos”. Pero todo pasa por querer a un equipo, por seguirlo, identificarse con sus logros, verlo crecer, desarrollarse, como uno también va desarrollándose como persona. Colo Colo satisface todas esas necesidades y más, porque no solo crece contigo, si no que también se cae contigo. A veces, (como ahora) debemos acudir en su ayuda, pero muchas otras veces sus triunfos nos levantan a nosotros y podemos despertar en la mañana e ir al trabajo con la frente en alto a decirles a todos “mi equipo ganó”.
Nuestra conexión con el equipo puede ser ínfima, desde ver los partidos por la tele, asistir al estadio, ir a la Garra, incluso apoyar monetariamente. Pero no es medidor del sentimiento cada una de esas cosas, incluso una relación íntima pero constante, como de ver cada uno de los partidos, o simplemente escucharlos por la radio y gritar es más fuerte que tener todas las camisetas originales.
Como conclusión de todo lo anterior, le hago un llamado a todos los colocolinos (es difícil, lo se) pero tratemos de no caer en la trampa, no comprar todo lo que lleve la insignia. No comprar todo lo que diga Full ultra Premium. Con solo pequeñas acciones cotidianas podemos ayudar a recuperar el club. No somos una sociedad anónima, somos una sociedad conocida, somos Colo-Colo.